Se llama Leavenworth, un pequeño pueblo
de apenas 2.000 habitantes que nació como parte del plan de expansión del
ferrocarril en el extremo noroeste de Estados Unidos (Estado de Washington)
hacia fines del siglo XIX. Es una área de bosques y montañas cerca del río
Wanatchee, por lo que la ciudad creció como una pequeña comunidad en casas de
madera. Pero una vez caído el impulso del ferrocarril (fue trasladado a otra
ciudad en 1920) Leavenworth entró en un
largo período de decadencia en el que tuvo que aprender a reinventarse. Y vaya que lo
consiguió, porque desde el año 1962 un comité local se encarga de revitalizar
la ciudad transformándola en una “clonación”
de un pueblo de Baviera que parece extrapolado de Alemania, todo con fines
turísticos.